Estudiantes de CCEI ganan 3er lugar en el Concurso Mundial CanSat 2024

120 equipos de 61 universidades de 12 países diferentes, 6 meses de preparación y la Universidad Autónoma de Yucatán se quedó con el 3er lugar del Concurso Mundial CanSat 2024 organizado por el UNAM.

El pasado 25 de mayo tuvo lugar en el Estadio de Prácticas “Roberto Tapatío Méndez” (Ciudad Universitaria) la final del Concurso Mundial CanSat 2024 organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México, en la que 37 equipos conformados por jóvenes universitarios de más de 20 instituciones diferentes se enfrentaron a la prueba definitiva para la que estuvieron preparándose durante meses: enganchar su satélite enlatado a un dron para elevarlo 450 m y dejarlo caer mientras registra y transmite datos de temperatura, presión y posición, procurando la supervivencia de los dos huevos de gallina en su interior durante el impacto de aterrizaje.

La travesía para llegar a este momento comenzó el 9 de octubre de 2023, con la publicación de la convocatoria oficial por parte del Programa Espacial Universitario (PEU) de la UNAM, coordinado por el Dr. José Francisco Valdés Galicia, investigador titular del Instituto de Geofísica. Si bien el PEU lleva organizando este concurso de manera anual desde 2014, esta última convocatoria fue la primera en abrirse a nivel mundial, y probó ser un éxito, ya que terminaron inscribiéndose 120 equipos de estudiantes provenientes de 61 universidades repartidas en México, Colombia, Perú, Haití, Bolivia, República Dominicana, Panamá, Ecuador, Venezuela, Argentina, Italia y Guinea Ecuatorial; en sus inicios, este concurso estaba dirigido únicamente a estudiantes de la UNAM, pero en 2018 la convocatoria se abrió a nivel nacional y en 2019 a nivel iberoamericano.

De los 120 equipos que se inscribieron durante la primera etapa del concurso, 4 estuvieron conformados por estudiantes del Campus de Ciencias Exactas e Ingeniería (CCEI) de la Universidad Autónoma de Yucatán, y los 4 fueron parte de los 37 equipos que consiguieron llegaron a la final. Estos equipos fueron:

  • D.O.M.I.N.G.O. (23° lugar), integrado por Carlos Sandoval (líder), Yael Aguilar, Javier Can, Alejandra Ambrocio, Luis Ramírez (ganador del 1er lugar del concurso AquaRocket Odysey) y Galia González, todos estudiantes de Ingeniería Física pertenecientes a la División Aeroespacial y Aeronáutica.
  • OOCH (17vo lugar), integrado por los estudiantes de Ingeniería Física Alberto Canché, Rodrigo López, Dylan Vallarta, Ángel Collí, Mario King y Pedro Ríos, y el estudiante de Ing. en Software Fernando Villajuana.
  • EEK´ (12vo lugar), integrado por los estudiantes de Ingeniería Física Fernando López (líder), Julisa Prieto, Ana Euan, Pablo Gamboa (los 4 ganadores del 2do lugar del concurso AquaRocket Oddysey) y Mauricio Carrillo, y los estudiantes de Ingeniería Mecatrónica Ricardo Tuyú y Sebastián Patrón.
  • KA´AN ASTRA (3er lugar), integrado por los estudiantes Manuel Evia (líder), Armando García e Isaac Sánchez, de Ingeniería Física; Jesús Chay y Russel Bonilla, de Ingeniería en Software; Jhan Torruco, de Ingeniería en Energías Renovables; y Miguel Rodríguez, de Ingeniería Mecatrónica.
Equipo Ka´an Astra. De izquierda a derecha: Armando, Jesús, Russel, Manuel, Jhan, Miguel e Isaac
Equipo Ooch. De izquierda a derecha: Dylan, Alberto, Mario, Rodrigo, Ángel, Juan y Pedro

La idea detrás del satélite enlatado

El PEU define a un satélite enlatado (o CanSat, por su nombre en inglés), como “un dispositivo electromecánico cuyo principal objetivo es simular los componentes de un satélite real; como su nombre lo indica, sus elementos están integrados dentro de un volumen y una geometría de dimensiones aproximadas a las de una lata de refresco”. Partiendo de esto, la guía de la misión del concurso planteaba, entre otros, los siguientes objetivos:

  • El satélite enlatado debe transmitir información de presión, temperatura, orientación y aceleración durante el trayecto de subida y durante la caída libre desde una altura aproximada de 450 metros.
  • El satélite debe estar integrado por dos cargas diferentes, cada una con un huevo de gallina en su interior que debe sobrevivir al impacto del aterrizaje sin romperse.
  • La carga primaria debe contener todos los componentes electromecánicos para satisfacer los objetivos de la misión y un sistema de autogiro capaz de reducir sustancialmente la velocidad de caída.
  • La carga secundaria debe ser desacoplada de la carga primaria en el momento de liberar el sistema de autogiro y así realizar su trayecto en caída libre.
  • El satélite enlatado debe desplegar el sistema de autogiro a una altitud de 200 metros medidos desde el suelo del lugar donde el dron inició el ascenso.
  • Las dimensiones y forma del satélite enlatado una vez ensamblado deben ser equivalentes a las de un cilindro de 9 a 10 cm de diámetro y una altura de 20 a 23 cm. La carga primaria deberá tener, como máximo, una altura de 16 cm y la secundaria una de 7 cm. La superficie exterior del satélite debe ser lisa al tacto, continua y no debe presentar ondulaciones
  • Ningún satélite enlatado podrá tener ningún tipo de fluido, harina o espuma en estado líquido.
  • La energía eléctrica en los satélites enlatados debe ser suministrada por pilas de tipo cuadrada de 9 voltios.
  • El peso máximo del satélite enlatado ensamblado, incluyendo las baterías y los huevos, no debe ser mayor a 600 gramos.

Los objetivos de la misión son claros, sin embargo, al estar trabajando sobre ellos, muchos de los participantes de ésta y ediciones pasadas se han dado cuenta de que muy probablemente el concurso pide resolver un problema que no se puede resolver. 600 gramos es muy poco peso y 1806 cm2 es muy poco espacio. En los lanzamientos del 25 de mayo, varios de los satélites participantes se lanzaron sin haber logrado cerrar por completo al incorporar los huevos de gallina, excediendo, por lo tanto, el límite de altura. Además, la mayoría de los equipos (si no es que todos) sobrepasaron el límite de peso, lo que supuso una penalización de puntaje casi pareja, eliminando así prácticamente este rubro de la tabla de puntajes.

Imposible o no, el desafío propuesto por el Concurso Mundial CanSat 2024 orilló a sus participantes a hacer uso de toda su creatividad para optimizar los diseños de sus circuitos de telemetría, aprovechar al máximo el espacio disponible para el diseño de la estructura interna del satélite y buscar materiales lo suficientemente resistentes para soportar el impacto del aterrizaje, por lo que estas limitaciones, si bien no se respetaron del todo, son la razón por la que se terminó teniendo tan buenos resultados.

Equipo D.O.M.I.N.G.O. De izquierda a derecha: Javier, Galia, Luis, Carlos, Yael y Alejandra
Equipo EEK´. De izquierda a derecha: Pablo, Fernando, Sebastián, Mauricio, Ricardo, Ana y Julisa

El proceso y la recta final hacia Ciudad de México

¿Qué los animó a participar?

“Nos animamos a participar debido a la participación de otros equipos de la facultad en años anteriores y sus buenos resultados, además que era una oportunidad perfecta para poder poner en práctica los diversos conocimientos adquiridos durante la carrera y también aprender otras habilidades que no son normalmente enseñadas, como la fabricación de PCBs o la impresión 3D”.

—Equipo Ooch

“Desde chico me apasionan los temas sobre la tecnología y el espacio y este concurso es una intersección entre ambos, por lo que lo vi como una gran oportunidad”.

—Manuel Evia (Ka´an Astra)

“En este concurso vimos la oportunidad de poner a prueba nuestros conocimientos en ingeniería. Sabíamos que no iba a ser fácil, que nos íbamos a enfrentar a retos y que no contábamos con los recursos suficientes para participar, sin embargo, encontramos valor en nuestra determinación y en nuestro compromiso de completarlo sin echarnos atrás. También sabíamos que sería una gran experiencia y que queríamos enfrentarla juntos”.

—Equipo EKK´

“Personalmente, el hecho de trabajar en un proyecto de talla internacional y cuyo tema central es el área aeroespacial siempre ha sido un objetivo que he anhelado. Al tener la oportunidad de participar, no dudé en tomarla. Ahora al concluir, sé sin duda que es algo en lo que quiero seguir aprendiendo”.

—Luis Ramírez (D.O.M.I.N.G.O.)

¿Cuál fue el mayor reto al que se enfrentaron?

“El mayor problema que afrontamos fue la manufactura, pues resultaba laborioso y no siempre era el resultado que esperábamos, pues había errores en la producción o con el mismo material. Sumado a que hacíamos bastante pruebas, los prototipos no solían durar mucho y había que hacer nuevamente el proceso de manufactura”.

—Equipo EKK´

“Como éramos cuatro equipos del mismo campus, muchos de los recursos disponibles por parte de la universidad (materiales, laboratorios, asesorías, financiamiento) había que repartirlos entre esos cuatro equipos, lo cual resultó complicado en varias ocasiones, sobre todo durante el mes antes de la final”.

—Equipo D.O.M.I.N.G.O.

“El principal problema fue encontrar algún mecanismo que sostener el subsistema de autogiro y liberarlo posteriormente cuando se necesitara. Después de múltiples intentos y fallos, logramos encontrar un diseño funcional, pero nos llevó demasiado tiempo, por lo cual no pudimos realizar las pruebas y ajustes necesarios”.

—Equipo Ooch

“Probablemente la mayor dificultad que tuvimos en las diferentes fases del concurso fue equilibrar las responsabilidades de la facultad con el mundo de trabajo y dedicación que implicaba estar involucrado en un curso de este tamaño”.

—Equipo Ka´an Astra

¿Qué hubieran hecho diferente?

¿Qué se hubiera hecho diferente? […] Tal vez, a lo mejor, como equipo, organizarnos mejor con los tiempos, ver más cronogramas y organizarnos mejor en cuanto a quién va a hacer cada cosa, cómo se va a hacer, ¡y sobre todos los tiempos!, porque fue lo que nos jugó en contra. Porque al final tuvimos que hacer mucho a prisas y eso hizo que las cosas no salieran como quisiéramos.

—Javier Can (D.O.M.I.N.G.O.)

“Sin duda, dedicarles más tiempo a los subsistemas mecánicos, que son de los que más requieren pruebas; en perspectiva, una buena idea sería probar el prototipo propuesto desde la primera etapa y no esperar hasta etapas posteriores, para poder identificar con mayor rapidez si el diseño será funcional”.

—Equipo Ooch

“Si bien, esta fue la segunda edición en que participamos, al estar ahí tuvimos algunos inconvenientes con los que no imaginamos enfrentarnos; sin embargo, haber previsto estas situaciones nos habría ayudado a evitar estos problemas. Algunos ejemplos fue el no realizar las mediciones de peso en conjunto y el no haber visto con más tiempo los repuestos de electrónica y carcaza”.

—Equipo EEK´

Ka´an Astra se lleva el 3er lugar

46 equipos lograron clasificar a la etapa final del concurso y 37 de ellos (provenientes de instituciones de México, Perú y Colombia) se presentaron en Estadio de Prácticas “Roberto Tapatío Méndez” de la Ciudad Universitaria de la UNAM (Ciudad de México) con sus satélites enlatados el sábado 25 de mayo para realizar los lanzamientos, que se llevaron a cabo durante la mañana y primera horas de la tarde. Cada equipo reportó los datos recopilados en un documento escrito que debieron entregar antes de las 7:00 p.m. de ese mismo día y el domingo 26 se hizo pública la lista de los resultados del 11vo al 37mo lugar, en la que aparecieron 3 de los 4 equipos de la Universidad Autónoma de Yucatán:

  • D.O.M.I.N.G.O. – 23er lugar
  • Ooch – 17vo lugar
  • EEK´ – 12vo lugar

Por omisión, el equipo de Ka´an Astra quedó anunciado como parte del top 10 de la competencia y fue invitado a asistir a la ceremonia de premiación, que tuvo lugar en el auditorio “Tlayólotl Ismael Herrera Revilla” del Instituto de Geofísica de la UNAM el lunes 27 de mayo y que fue presidida por el rector de la universidad, Leonardo Lomelí Vanegas. En esta ceremonia, se entregaron reconocimientos a los 10 equipos asistentes y premios a los primeros 5 lugares, entre los que Ka´an Astra salió coronado con el 3er lugar, ganando audífonos inalámbricos para todos sus integrantes.

Equipo Ka´an Astra en la premiación del Concurso Mundial CanSat 2024

El 1er lugar de la competencia se lo llevó el equipo Anáhuac Space Force, de la Universidad Anáhuac de Puebla (México), y el 2do lugar el equipo Mayabsat, de la Universidad Anáhuac Mayab (México), con impresoras 3-D y minidrones como premio, respectivamente. La transmisión de la ceremonia completa puede verse aquí.

Si bien los otros 3 equipos de CCEI admiten que esperaban salir mejor en la tabla de puntajes, todos los participantes de la UADY están de acuerdo en que la experiencia fue muy enriquecedora. La DAA, en particular, se fue satisfecha por haber establecido relación con el Grupo Estudiantil de Cohetería Experimental del Instituto Politécnico Nacional, con el que espera realizar colaboraciones en el futuro.

¿Los integrantes de los demás equipos de CCEI lo volverán a intentar el próximo año?

Sin duda, yo sí. Creo que fue una experiencia agradable que me acercó a un área de la ingeniería y física que no pensaba disfrutar. A lo largo de la competencia descubrí cierto gusto por esta área”

—Alejandra Ambrocio (D.O.M.I.N.G.O.)

“Por supuesto. Este concurso garantiza tener extraordinarias experiencias tanto por la aventura de competir en el concurso con estudiantes de otras universidades y la experiencia invaluable de los conocimientos que adquirimos durante toda la competición”.

—Equipo EEK´

“Aún tenemos que decidirlo como equipo, ya que requiere un gasto importante de tiempo y también [de] dinero, pero sin duda fue una experiencia que nos dejó muchos aprendizajes, por lo que es probable que nos animemos nuevamente”.

—Equipo Ooch

La Asociación Estudiantil de Ingeniería Física felicita enormemente a los 4 equipos de CCEI por haber llegado a la final del Concurso Mundial CanSat 2024 de la UNAM y espera que la experiencia haya sido provechosa para todos sus integrantes y que los anime a seguir participando en proyectos fuera de los salones de clase. ¡Enhorabuena!