La laguna de Mayrán (o lo que queda de ella)
Artículo ganador del 1er lugar en el II Concurso de Artículos Divulgativos: Explora y Escribe (agosto - septiembre, 2024). AUTOR: Lezrra Maximiliano Olacio Martínez
Siempre que paso por la sección de carretera que hay que entre la caseta Cuchilla y Paila hay una sección de desierto que destaca sobre el resto. La arena es de color blanco y esta fracturada; no hay plantas, animales, ni aparentemente nada vivo sobre ella. Ni siquiera los mesquites que crecen en las zonas más secas y desoladas del desierto crecen sobre esa zona. Nada. No es para menos; es el cadáver de lo que alguna vez fue la laguna más grande de México.
La laguna de Mayrán, ahora desierto de Mayrán, era donde desembocaba el río Nazas (Padre Nazas, para los locales) el cual partía desde el estado de Durango. Esta laguna estaba llena de “peces de varias clases, y pululan multitud de aves acuáticas, tales como el pato, pato buey, ánsar, garza, gallareta, grulla, etc.” (Enríquez Terrazas & García Valero, 1989, págs. 142-143). Resulta irónico que la zona sea tan árida y calurosa que provoca espejismos, dando la ilusión de que todavía hay lugares con agua (parece ser que las lagunas también pueden ser fantasmas).
Clase de historia
Como toda víctima, esta laguna tiene victimario. Lo cierto es que el río Nazas no siempre tenía afluencia ni siempre la laguna tenía agua. Con la colonización de la región en el siglo XIX, vino el problema de controlar los flujos de agua para las cosechas. Se hicieron diques, algunos incluso ilegales, pero no se lograba mantener un flujo constante de agua (Santoscoy, Rodríguez, Gutiérrez, & Cepeda, 2011). Mayor fue el problema cuando la región se hizo una de las productoras mundiales de algodón, por lo que el control del agua se volvió vital.
La solución vino del gobierno federal. Se construyeron en Durango las presas Francisco Zarco y Lázaro Cárdenas. Poco después de la construcción de ambas, fue cuando la porción de Coahuila del río Nazas (y, por consecuencia, las lagunas de Mayrán, Viesca y Tlahualilo) se comenzó a secar, con el beneficio de regularizar el flujo de agua hacia los cultivos y la ciudad de Torreón (Alvarado, 2016). Por eso aquello de que Torreón es conocida como la ciudad que “venció al desierto”.
Con los años, la zona metropolitana y los ejidos han necesitado más y más agua. Por ello, ahora se extrae agua directo de los mantos acuíferos subterráneos, con el inconveniente de que, a mayor profundidad, el arsénico (toxico) está más presente, además de que esto genera el hundimiento del terreno de donde se extrae el agua (Comisión Nacional del Agua, 2024). Por eso, también se dice que Torreón habrá ganado el primer round, pero tal vez pierda la pelea.
No es la primera vez que en México se destruye un ecosistema completo para el uso del suelo y del agua. Por ejemplo, es conocido que los mayas incendiaban porciones de selva para su uso agrícola. El resultado de esto es bien conocido: la civilización Maya cayó poco después del fin del periodo clásico debido al agotamiento del suelo ya que el suelo obtenido por este método es de pobre calidad (Escalante Gonzalbo, y otros, 2004).
Por ello, es necesario conocer los posibles efectos de un desastre ecológico como el mostrado aquí. Esto nos lleva a tener más conciencia, ya no solo de los problemas ecológicos del mundo, sino también del ecosistema del lugar donde vivimos.
Sobre la laguna en cuestión
Lo primero que podemos observar en el otrora lecho de la laguna es esta arena blanca distintiva del resto, destacando el agrietamiento de esta. El color blanco es debido a la acumulación de sales, no solo de cloruro de sodio (sal de mesa), sino también de otros compuestos. Las sales forman cristales de los cuales algunos, por su estructura y tipo de enlace, no “separan” (dispersan) la luz blanca del sol en varios colores como los prismas (son ópticamente isotrópicos), pero lo que sí hacen es desviarla (refractarla) y al acumularse mucho de estos cristales es difícil que un haz de luz pase y regrese por estas, generando la impresión de un color blanco (Hecht, 2017)
Figura 3. Comparación de suelos. El de la izquierda (a) es del norte del municipio de Matamoros y el de la derecha (b) es del lecho de la Laguna de Mayrán. Fotos propias.
La alta salinidad es conocida como causa de envenenamiento en las plantas. Primero, porque reduce su capacidad de atrapar agua por osmosis, ya que la concentración de solutos (de pedazos) de otros compuestos distintos al agua provocan que la planta necesite generar una concentración mucho mayor dentro de sus células para mantener el flujo de agua. Además, el sodio (Na) y el cloro (Cl) resultan tóxicos en altas concentraciones para las plantas, aunque todavía resultan vitales para su subsistencia; esto y el hecho de que su captación reduce la de otros elementos esenciales hacen que el lecho de la laguna resulte demasiado toxico para que cualquier planta pueda sobrevivir (Lamz Piedra & González Cepero, 2013).
Luego tenemos el agrietamiento del suelo. A diferencia del resto del suelo del desierto que normalmente no está cubierto por agua, el suelo del lecho lo estuvo, por lo que, al carecer de agua, se contrae debido a la tensión superficial que generó el líquido mientras se secaba. Esto generó las grietas en las zonas donde había agua (Ávila Álvarez, 2005). Ahora, lo cierto es que la laguna lleva seca mucho tiempo, por lo que este agrietamiento ya solo es notable en ciertas zonas.
Aunque al inicio se mencionó que no crecía nada, lo cierto es que dentro de la propia laguna existen subsecciones con distintos grados de salinidad que permiten distintos tipos de planas. Por ejemplo, en la zona de la Figura 5 podemos observar varias plantas conocidas como halófilas (amantes de la sal); en la siguiente figura se puede observar de cerca un ejemplar:
Estas plantas no solo sobreviven a las altas concentraciones de sal, sino también a la falta de agua como se puede observar en la Figura 6. Hay zonas más secas y, ahí sí, sin nada de vida aparente encima del suelo; lastimosamente estas zonas se encuentran muy alejadas de mi domicilio (después de todo, cuando digo que es grande, es porque lo es). Podemos observar que hay zonas dentro de la laguna con mayor disponibilidad de agua que en otras. De cualquier manera, hay que tomar con pinzas la Figura 6, porque puede haber cuerpos de agua a mayor profundidad.
Así, reuniendo todas estas características, esta región del desierto es prácticamente un yermo, esto es, una zona no aprovechable para agricultura.
Figura 6. La de la izquierda (a) es al lado de la planta de la Figura 5, se puede observar que a nivel subsuelo no tiene agua; en cambio, en la de la derecha (b), en otra zona de la Laguna, se puede observar que todavía hay agua (tierra húmeda) debajo de la capa superficial. Fotos propias.
La última y nos vamos
Podría dejar algún típico sermón sobre cómo el humano dispone de los recursos naturales como si fueran infinitos y sin ningún tipo de consideración por el ecosistema que es sostenido por ellos, pero sería hipócrita de mi parte siendo Lagunero. La verdad es que las presas han traído una estabilidad y desarrollo económico importantes; se puede decir que, si la zona ha podido crecer, es gracias a ellas.
Pero también es cierto que estas acciones (cerrar el río y drenar los acuíferos) están devastando el ecosistema y podrían ser la causa del abandono de la zona. El cómo se deba responder a este problema queda fuera de los alcances de este artículo, pero lo que sí puedo decir es que no será una solución sencilla ni rápida.
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r e f e r e n c i a s – y – f u e n t e s – c o n s u l t a d a s
- Alvarado, H. G. (2016). La increíble y triste historia de La Laguna… sin agua. Revista Humanismo y Cambio Social.
- Ávila Álvarez, G. (2005). Estudio de la retracción y el agrietamiento de arcillas. Aplicación a la arcilla de Bogotá. Barcelona: Universitat Politècnica de Catalunya.
- Comisión Nacional del Agua. (2024). Actualización de la Disponibilidad de Agua en el Acuífero Principal-Región Lagunera, estado de Coahuila. Ciudad de México: Comisión Nacional del Agua.
- Cortina, J. (29 de Octubre de 2017). ¿Por qué Región Lagunera? Wikimedia Commons. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:¿Por_qué_Región_Lagunera%3F.jpg
- Enríquez Terrazas, E., & García Valero, J. L. (1989). Coahuila, una historia compartida. Ciudad de México: Gobierno de Coahuila, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora.
- Escalante Gonzalbo, P., García Martínez, B., Jáuregui, L., Zoraida Vázquez, J., Speckman Guerra, E., Garciadego, J., & Aboites Aguilar, L. (2004). Nueva historia mínima de México. D.F.: El Colegio de México.
- Hecht, E. (2017). Optics (Quinta ed.). Essex, Inglaterra: Pearson Education Limited.
- Lamz Piedra, A., & González Cepero, M. C. (2013). La salinidad como problema en la agricultura: la mejora vegetal una solución inmediata. Cultivos Tropicales, 31-42.
- Santoscoy, M. E., Rodríguez, M., Gutiérrez, L. E., & Cepeda, F. J. (2011). Coahuila: Historia breve. Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica.
- Universidad Autónoma de Coahuila. (3 de Agosto de 2021). Saladillo. Obtenido de Universidad Autónoma de Coahuila: http://www.uadec.mx/saladillo/